Artículo Nº 1730 :: 17-11-2020

Reflexionamos sobre los efectos y alcance de la Pandemia 2020 en nuestra Sociedad - Lic. Christian Di Leo

Reflexiones sobre la Pandemia:

Entrevistamos al Lic. Christian Di Leo, psicoanalista. Maestro 7° Dan de TKD ITF sobre este tema tan preocupante y esto es lo que nos decía:

Ante la situación de pandemia que atravesamos nos encontramos inmersos en una compleja realidad y el objetivo de esta nota es reflexionar sobre ella, describiendo el panorama de situación, observar algunos trastornos y sintomatología que se manifiestan, así como poder brindar una mirada acerca de que posibilidades de accionar tenemos ante esto para atravesarlo de la mejor manera posible.
Pensaremos en primer término en qué situación nos encontramos desde mediados de marzo. Podemos decir que estamos ante una situación inédita, excepcional y extraordinaria en la cual el mundo tal cual lo concebíamos y tal como estaba organizado cambió repentinamente. Casi todo se desorganizó en muy poco tiempo y de ahí el carácter disruptivo de esta situación viéndose afectadas fundamentalmente las áreas de salud física y mental, la social y la económica.
En cuanto a lo psíquico nos encontramos con un panorama donde desde un primer momento reinó muchísima incertidumbre. La irrupción de la pandemia fue sorpresiva y su velocidad, su intensidad y su carácter han sido disruptivos. Esta incertidumbre generó un desequilibrio a partir del cual emergieron y se mantienen con algunas fluctuaciones las siguientes emociones, sentimientos y pensamientos: incertidumbre, angustia, ansiedad, dolor, temores, miedos, preocupación, tristeza, depresión, pérdida del sentido de la vida, señales de alarma y alertas en medio de un proceso de adaptación a una situación inédita y abrupta.
La realidad y el medio nos exigieron adaptarnos rápidamente a una situación que no teníamos prevista y tuvimos y tenemos aún que dar respuesta a ello.
Antes de proseguir vamos a desarrollar y definir algunas de estas cuestiones para comprender un poco mejor acerca de qué estamos hablando. Cuando hablamos de Angustia nos referimos al presentimiento de que sobrevendrá un dolor a causa de un peligro. Freud decía que “la angustia es la expectativa frente al peligro y la preparación para él, aunque se trate de un peligro desconocido”. En ese mismo sentido podemos decir que la Angustia es la reacción ante la amenaza de una eventual pérdida. Pero esta pérdida no se ha concretado aún, por ello es una posibilidad, es decir, estamos frente a un peligro. Cuando se concreta el peligro ya no hablamos de angustia sino de dolor.
Nuestro psiquismo ante el peligro con la tarea de evitar el potencial dolor y displacer que este traería consigo, pone en funcionamiento los mecanismos inherentes al proceso de adaptación. En esta reacción general de adaptación del organismo frente a circunstancias obstaculizantes o adversas consiste el denominado Estrés normal. Nuestro organismo cuenta con amortiguaciones fisiológicas para soportar una cantidad de estrés.
Cuando este es sobrepasado y la respuesta dada no alcanza para evitar o eliminar el peligro se denomina Distrés que consiste en la “Respuesta que experimenta una persona cuando tiene que enfrentarse a demandas que le resultan excesivas, sobre las que siente que no tiene control”. O.Slipak dice: “si las demandas del medio son excesivas y/o prolongadas, aun siendo agradables, y superan la capacidad de resistencia y de adaptación del organismo, llegamos al “Distrés o mal estrés”. Pueden provocar distrés la muerte de un familiar, casamiento, mudanza, jubilación, pérdida del empleo, divorcio, etc. Pensemos entonces en lo excesivo y prolongado de esta situación actual de pandemia, que se inició con el aislamiento social preventivo y obligatorio (ASPO), ahora continúa con el distanciamiento social preventivo y obligatorio (DISPO) y todas las aristas de nuevas exigencias que la realidad nos ha impuesto. La vía elegida por el Distrés (anatómica o neuroendocrina) estaría ligada al grado de vulnerabilidad del sujeto y a su perfil psicológico, por eso a cada persona lo afecta de diferentes maneras.
Es decir que estas respuestas, estrés y distrés, son intentos de evitar el dolor que las circunstancias adversas u obstaculizantes generan. El Dolor es la reacción ante la pérdida efectiva del ser u objeto amado. En la Angustia estábamos ante la posibilidad de la pérdida. Cuando aparece el dolor esa pérdida ya se concretó. Esa pérdida produce una reacción que denominamos Dolor. ¿Qué tememos perder o perdimos? Personas amadas, salud, bienes, proyectos e ideales.
Estas pérdidas pueden ser momentáneas o definitivas; reversibles, difícilmente reversibles o irreversibles; Las reversibles pueden serlo en el corto, mediano o largo plazo. Además puede haber pérdidas reales y concretas que traen dolor, o expectativa de pérdidas que son las que generan sensaciones de angustia o de temores. Estas pérdidas las hemos padecido casi todos, de una u otra forma. Si hablamos de pérdidas estamos hablando de duelo. Podemos decir que la sociedad humana hoy atraviesa un proceso de duelo y ese duelo acarrea padecimiento. Sigmund Freud sostenía: “desde tres lados nos amenaza el sufrimiento: desde el propio cuerpo […] del mundo exterior que puede abatir sus furias sobre nosotros con fuerzas hiperpotentes, despiadadas y destructoras; y de los vínculos con otros seres humanos”. Si nos detenemos a pensar brevemente, estos tres frentes se ven amenazados. La amenaza de enfermar o la enfermedad misma afectan el propio cuerpo. La fuerza hiperpotente del mundo exterior hoy cobra la forma de un virus imperceptible para nuestros sentidos, es decir no estamos preparados como especie biológica para verlo, palparlo, oírlo y por lo que no sabemos desde donde acecha. En cuanto a los vínculos con otros seres humanos como fuente de sufrimiento podemos pensar en cómo se vieron afectados nuestros vínculos familiares, sociales, laborales, los modos de relación, las distancias, la frecuencia, las situaciones de convivencia en otra modalidad, etc. Dentro de los trabajos y profesiones podemos pensar también en la actividad de placer y desarrollo personal su mismo ejercicio implica. Ello se relaciona íntimamente con el sentimiento de sentirse valioso uno mismo el que también en muchos casos se ve afectado. Es decir que para desarrollar nuestras profesiones requerimos de una cosa o una persona sin la cual la actividad o función misma no puede existir. Por ejemplo: puede ser el paciente para el cirujano, el alumno y la enseñanza para el profesor, el juego y el contrincante para un deportista, o un piano y la música para el pianista. Es decir que son aquellos que permiten que una función dotada de valor, intelectual, corporal o narcisista se realice. Sobre esto dice Hugo Bleichmar que “la ausencia de los objetos de la actividad narcisista explica el desequilibrio profundo que se produce en algunas personas durante los fines de semana o las vacaciones”. Pensemos entonces que esta pandemia implica de cierto modo una extensión de este desequilibrio profundo que habitualmente se produce en vacaciones o fines de semana para algunas personas. Y la ausencia momentánea de alguno de ellos implica un duelo, y el dolor por la pérdida que ello implica, aunque sea temporal.
La pandemia, las medidas de aislamiento social adoptadas y sus consecuencias traen un impacto inevitable. Como sostuvo la Dra. Samantha Brooks del King´s College London en la revista científica “The lancet”: “El impacto de la cuarentena es amplio, trascendente y duradero en el tiempo. Eso no quiere decir que la medida de aislamiento no deba implementarse ya que los efectos psicológicos de no hacer la cuarentena y que el virus se propague sin freno podrían ser aún peores”
Este impacto se observa en distintos trastornos y síntomas que se presentan.
• Aumento de las emociones y cogniciones negativas
o Preocupación y temores
o Ansiedad
o Incertidumbre
o Depresión, no sólo como patología, sino también como respuesta normal ante una situación extraordinaria
o Pérdida del sentido de la vida
o Irritabilidad
o Conflictos intrafamiliares
o Agudización de cuadros preexistentes
o Dificultades de concentración
• Problemas relacionados con la alimentación:
o Comer por Ansiedad
o Aumento o disminución de Cantidad
o Problemas en la Calidad de la dieta regular
• Trastornos del sueño
• Problemas oculares relacionado con el mayor uso de pantallas
• Problemas dermatológicos (A causa de angustia o ansiedad)
• Aburrimiento

Ante ello nos preguntamos ¿Qué podemos hacer? ¿Qué depende de nosotros para hacer tolerable esta realidad? ¿Cuál es nuestro margen de acción?
En primer lugar hay que saber que debemos afrontar esta nueva circunstancia con un nuevo modo de pensar, ya que no podemos pensar en medio de algo extraordinario tal como lo hacíamos en una situación de normalidad, sino que debemos reformularlo. Pero nos basaremos en nuestros conocimientos previos para adecuarlos a esta nueva realidad.
En un principio hablamos sobre la desorganización de nuestro mundo tal cual teníamos concebido y la incertidumbre que ello implica. Los grados de afectación y padecimiento van a depender de la personalidad, el carácter, la situación personal del sujeto, como de las circunstancias familiares, económica, social y del entorno, y de los recursos materiales y psíquicos de cada individuo.
Lo que intentaremos hacer entonces es reorganizar nuestra vida lo más convenientemente posible con los medios que estén a nuestro alcance para crear un medio ambiente propicio e intentar reducir el margen de incerteza, incertidumbre y desorganización e intentar de esta manera lograr nuevamente cierto equilibrio en nuestro psiquismo para reducir los efectos negativos de esta pandemia.
Podemos recomendar entonces ciertos hábitos de conducta y medidas que en una situación como esta ayuden a reorganizarnos.
Para entender cuál es el margen de acción que cada uno de nosotros tenemos es preciso analizar y pensar sobre nuestros:
• Recursos y fortalezas
• Carencias y debilidades
• Oportunidades
• Peligros
En base a estos elementos podemos comenzar adaptarnos a las nuevas circunstancias. Reconociendo cuáles son nuestros recursos y oportunidades intentaremos convertirlos en nuestras fortalezas, y utilizándolos conveniente e inteligentemente podremos acomodarnos de la mejor manera a las circunstancias. Identificando nuestras debilidades y los peligros externos tendremos la posibilidad de intervenir intentando reducir su incidencia en el menor grado posible. A medida que nos vayamos organizando podremos tornar esta experiencia más tolerable.
Mencionaremos a continuación algunos puntos orientativos hacia el lector en general, y en particular a los Instructores de artes marciales, haciendo la salvedad que para implementarlos en algunos casos dependerá del acceso a ciertos recursos materiales disponibles, por ende quedan sujetos a las posibilidades con que cada uno cuente y sus circunstancias particulares.
• Podemos pensar en organizar nuestras actividades cotidianas y delimitar convenientemente sus tiempos:
o Tener tiempo de descanso en horarios regulares, respetar los horarios del ciclo Sueño-Vigilia, evitando modificarlos cada día.
o Delimitar tiempo de Trabajo y/o Estudio. Para quienes trabajan desde la casa es conveniente que puedan delimitar los horarios de trabajo tal cual se realizaban antes de la pandemia. Suele ocurrir que hay pacientes que nos comentan acerca de dificultades en poder delimitar la demanda proveniente del trabajo, no respetando plazos razonables y trabajan casi full time. Es importante que en el marco de lo factible que se limite la actividad evitando sobrecargas y presiones sin sentido. En el caso de los docentes de cualquier actividad aconsejamos fijar días de clases, con horarios de comienzo y finalización puntuales, segmentando las clases por edades y/o diferentes niveles con trabajos específicos. Puede ser en forma presencial para aquellos que estén autorizados respetando estrictamente los protocolos y también manteniendo el modo On-Line ya que habrá alumnos que no podrán o no querrán todavía aprender de manera presencial.
o Tiempos de ocio. Hay que brindarse tiempo libre para realizar actividades que uno desee, para el descanso o para la recreación. Es fundamental no plantearse los adultos o plantear a los niños sobrecargas de actividades y tareas donde uno sienta que deba estar todo el tiempo “produciendo” constantemente. Tener tiempos diarios para el ocio y la recreación como leer, jugar, ver películas, descansar, o simplemente para “no hacer nada” es de efecto beneficioso para nuestro psiquismo.
o Contactos sociales y familiares Mantenernos en contacto frecuentemente con seres queridos (Familiares o amigos) a quienes por distintos motivos no se pueden ver personalmente es de recíproco beneficio. En el caso particular de los Instructores de artes marciales especialmente sabemos de la importancia del vínculo alumno-discípulo que en esta actividad resulta de carácter tan especial. Sostener ese vínculo debe ser prioritario. Es fundamental para ambos y para ello se pueden utilizar distintos medios disponibles. Desde iniciar unos minutos antes el Zoom y hablar con los alumnos y fomentar el intercambio entre ellos, hasta llamar o enviar mensajes a los alumnos a los cuales por diversos motivos no pueden estar practicando. La relación Instructor-Alumno es prioritaria en las artes marciales ya que los primeros gozan de una especial consideración por parte de los alumnos y su palabra es muy valorada. Y para el Instructor el tener el reconocimiento del alumno le otorga un renovado valor a su tarea.
o Actividades en familia. Realizar actividades en familia consensuadas y placenteras para cada uno de sus integrantes colaboran a mejorar la convivencia y permite aliviar tensiones y hace más llevadero el atravesar esta situación.
• Realizar actividad física de manera de forma lo más cercana posible a la que sosteníamos previamente. En el caso específico de quienes enseñan y practican artes marciales es importante sostener ciertas rutinas de entrenamientos tanto en las clases como personales. Para ello recomiendo y asesorarse con profesores de educación física que a la vez sean practicantes o que conozcan con detalle la especificidad de la disciplina para considerar las eventualidades de la práctica en la casa o en la vuelta a las clases presenciales con el fin de no sólo mantener el estado físico y la técnica adecuada, sino además de optimizarlo dentro de las posibilidades de cada alumno y prevenir lesiones que pueden surgir de la falta de contacto, del espacio reducido, de la falta de trabajo con carga, etc.
• Mantener una alimentación lo más sana posible. La ansiedad inherente a la circunstancia puede hacer que cambiemos la calidad de nuestros alimentos y las cantidades. Es importante sostener hábitos saludables ya que la alimentación también incide no sólo en nuestra salud física sino que también incide en nuestros estados anímicos.
• Evaluar los recursos técnicos disponibles y optimizar su uso. Podemos disponer de ellos para relacionarnos socialmente, trabajar, estudiar, etc. Los instructores de Taekwon-Do y artes semejantes nos vimos menos perjudicados que los profesores de otras disciplinas, marciales o no, ya que nuestra actividad permite muchas variantes que quizá otras actividades no han podido tener. En cuanto a los recursos técnicos podemos nombrar las plataformas de enseñanza on-line como Zoom, Google meets, etc. Videos, canales de YouTube y transmisión por vivos de Instagram o Facebook, o hasta el mismo whatsApp. Pero también hay que considerar los recursos con los que cuenta el alumno y además los recursos materiales y espaciales con los que dispone para su práctica. No es lo mismo enseñarle a un alumno que dispone de pocos metros cuadrados que a otro que dispone de muchos. O a un alumno que tiene elementos para realizar determinados ejercicios que a otro a que no. El Instructor deberá agudizar su creatividad e imaginación para poder hacer que todos puedan realizar los ejercicios de diferentes maneras.
• Brindar nuevos estímulos y desafíos. El hecho de tener objetivos, estímulos y desafíos implican poner en marcha la actividad del alumno y su placer por realizarla. Por ejemplo se han realizado torneos On-Line, Seminarios internacionales, charlas, etc. que brindan a los alumnos importantes estímulos para su práctica en circunstancias difíciles y absolutamente atípicas. Brindar esto resulta clave para mantener su deseo y las ganas de seguir en actividad, impulsados más por placer que por la obligación. Tener objetivos claros y posibles de alcanzar más allá de las adversidades motivan a quien realice cualquier disciplina.
• Continuar sosteniendo las medidas de higiene, distanciamiento y protección. Los Instructores deben ser sumamente responsables en la vuelta a clases presenciales cumpliendo y haciendo cumplir estrictamente los protocolos, tanto durante la clase como fuera. Son la autoridad y deben actuar con madurez y responsabilidad. De la conducta que adopte el instructor dependen la seguridad de todos los alumnos, de sus familiares y de él mismo. Las medidas de seguridad tienen una finalidad y un sentido, no son un trámite “burocrático” a cumplir y hay que ser sumamente cuidadoso. No se trata de ser “temeroso” o “valiente” ante la enfermedad, sino de entender y comprender que hay gente que es más vulnerable ante este virus y tomando una actitud responsable los estaremos protegiendo, directa o indirectamente. De esta manera daremos un ejemplo a nuestros alumnos de tener sentido de responsabilidad social y altruismo.

Sin dudas marcará un cambio en nuestra realidad la cercana aparición de la vacuna de acuerdo a los últimos anuncios, ya que habrá expectativas favorables y cambios en el estado de ánimo de la sociedad. Igualmente debemos mencionar, tal como infieren los expertos, el proceso de vuelta a la normalidad será gradual llevará un tiempo considerable.
Espero que esta nota haya resultado aclaratoria, útil y de reflexión sobre esta situación inédita por las que nos toca atravesar. Desde ya que los puntos mencionados anteriormente constituyen una referencia al margen de acción que tenemos en medio de esta situación, sin propiciar voluntarismos inconducentes y solamente intentamos saber con qué recursos contamos y utilizarlos de modo tal de adaptarnos lo más favorablemente posible, tendiendo a encontrar un equilibrio que nos permita una mejor calidad de vida mientras transitamos el camino hacia la normalización de las cosas.
Bibliografía
• Bleichmar, Hugo “Avances en psicoterapia psicoanalítica”
• Feinmann, José Pablo “La filosofía y el barro de la historia”
• Freud, Sigmund “Más allá del principio del placer”
• Marietán, Hugo “Curso de semiología psiquiátrica”
• Michel Desmurget “La fábrica de cretinos digitales”
• Observatorio de Psicología Social Aplicada de la UBA “Informe N°12 Crisis Coronavirus”
• Samantha K Brooks, Rebecca K Webster, Louise E Smith, Lisa Woodland, Prof Simon Wessely, Prof Neil Greenberg, Gideon James Rubin Revista científica The Lancet “The psychological impact of quarantine and how to reduce it: rapid review of the evidence”


Muchas gracias Lic. Christian Di Leo por su tiempo y por darnos una herramienta más, en estos momentos tan difíciles, para muchos de nosotros.

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